En ocasiones, te rodean personajes ficticios. Esos que se escabullen entre la realidad de un mundo fantástico. Y sin embargo, no existe nada más. Solo quedas, tú.
«Solo soy un grano de arena».

“¿Dónde vas, mi niño?”

“Como un halcón peregrino: Como, un águila imperial”.

“Eran”
